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Se denomina Hipospadias a una deformidad congénita del pene en la cual el meato uretral (el orificio por el cual sale la orina) no se desarrolló hasta la punta del pene, lo cual implica que el niño orina por un orificio –meato uretral ectópico- por fuera de su posición normal. De acuerdo con la severidad del defecto, el meato ectópico estará muy cerca de su posición normal, en los casos más leves, hasta muy cerca al escroto, en los casos más severos. En general se dice que la prevalencia de hipospadias en la población es de 1 en cada 300 niños. Adicionalmente el pene hipospádico se asocia con cierto grado de curvatura ("cordé") que se hace más evidente cuando se observa el pene erecto.


¿Por qué se nace con este defecto?
La causa exacta no se conoce pero la deformidad ocurre entre el 3-4 mes de gestación. En ese momento se presenta una detención del normal desarrollo del pene.


¿Requieren cirugía los niños con Hipospadias?
La respuesta es sí en la gran mayoría dado que cualquier anormalidad genital en el varón puede llevarlo a alteraciones psicológicas al notar que su pene es "diferente" al de los compañeros. Adicionalmente cuando el defecto es severo lo obliga a orinar sentado y puede limitarlo durante la vida adulta en sus relaciones de pareja.


¿Cuál es la mejor edad para practicar la cirugía?
Entre los 6 y los 18 meses de nacido o después de los 3 años. Entre los 18 y los 36 meses no es un bueno desde el punto de vista sicológico ir al quirófano y estar hospitalizado.


¿En qué consiste la cirugía?
Se hace bajo anestesia general y el objetivo es que el resultado final sea el de un pene con aspecto muy cercano a la normalidad y sin ninguna limitación funcional. De acuerdo con la severidad del problema la cirugía se hará en uno o dos tiempos, con un intervalo entre cada uno de por lo menos 6 meses. En ocasiones se toman injertos de tejidos diferentes al pene (mucosa de la cavidad oral, piel retroauricular).


¿Se necesita hospitalización?
Si, el niño requiere hospitalización la cual puede variar entre 3-15 días. Durante todo el tiempo que dura hospitalizado la madre puede permanecer con él las 24 horas del día.

¿Cómo luce un riñón normal?
Normalmente el riñón vierte la orina que se produce en su interior a un sistema colector, formado por los cálices, pelvis y uréter, que conducen dicho líquido hasta la vejiga; es un sistema de bajas presiones..


¿A qué se le llama hidronefrosis?
Es la dilatación de la pelvis renal, usualmente asociada a dilatación también de los cálices, con uréter normal.


¿Por qué se produce la hidronefrosis?
En la gran mayoría de los casos es una entidad congénita. Se piensa que hay una alteración en el paso de la orina desde la pelvis al uréter, alteración que puede ser transitoria y explicaría la mejoría que se observa con el paso del tiempo en algunos niños con hidronefrosis. Otras veces la alteración es permanente y progresiva (una verdadera obstrucción) y el niño requerirá manejo quirúrgico (cirugía denominada pieloplastia) para solucionar el problema.


¿Qué estudios requieren estos niños?
Los estudios que se practican con mayor frecuencia para el diagnóstico y seguimiento son el ultrasonido (ecografía) y las gamagrafías renales.


¿Qué tan frecuente es la hidronefrosis y qué sintomatología produce?
El diagnóstico de hidronefrosis se hace con frecuencia in útero por ecografía (se descubre dilatación de la pelvis renal en 1:100-200 gestaciones). Adicionalmente, algunos niños cuya hidronefrosis no se detecta durante la gestación pueden consultar en cualquier momento de su vida con un cuadro clínico sugestivo de problemas urinarios: fiebre, dolor abdominal, orina con sangre, masa abdominal palpable, hipertensión.


¿Necesitan cirugía todos los niños con hidronefrosis?
No. La necesidad de cirugía dependerá del grado de hidronefrosis, del compromiso de la función renal y de la presencia o no de sintomatología urinaria. Como ya se había mencionado se sabe que en algunos niños la hidronefrosis puede mejorar de manera espontánea con el paso del tiempo.


¿En qué consiste la cirugía?
En quitar la zona de estrechez localizada entre la pelvis y el uréter, y volver a unir estas estructuras (pieloplastia) para tratar de eliminar la obstrucción y salvar de esta manera al riñón. La cirugía se realiza bajo anestesia general. Ello implica que tiene unos riesgos mínimos pero propios de la anestesia en primer lugar y de la cirugía en sí, en segundo lugar. En manos experimentadas este procedimiento ofrece un 98% de buenos resultados.


¿Si no se opera en qué consiste el tratamiento?
No existe ningún medicamento que haga desaparecer la hidronefrosis. Lo que se le suministra al niño durante los primeros meses de la vida es un antibiótico a muy bajas dosis (profilaxis antibiótica) para dárselo por las noches, con el fin de disminuir las probabilidades de infección urinaria.


¿Hasta cuándo requieren controles urológicos?
Se sabe igualmente que la hidronefrosis que mejora o desaparece de manera espontánea o después de cirugía puede presentarse meses o años más tarde con igual o mayor severidad. Por lo tanto los controles se deben hacer de manera indefinida.

¿Qué se entiende por fimosis?
Se denomina Fimosis a la incapacidad de retraer el prepusio por detrás del glande peneano. La Fimosis puede ser primaria fisiológica o secundaria patológica En general esta situación se resuelve espontaneamente hasta los 3 años. Sin embargo, si el niño tiene dificultad para orinar, pujo, balonamiento, infecciones en el pene frecuentes (balanitis) o infecciones urinarias, requiere valoración por el Urólogo Pediatra a cualquier edad.

Testículos que no descienden Criptorquidia.

Los testículos se forman dentro del abdomen y gradualmente descienden alrededor de las ultimas semanas de gestación hacia el escroto. Cualquier testículo que no se localiza en el escroto se denomina no descendido. Esta condición es muy común, ocurre en un 3 a 5 % de la población, con mayor incidencia en prematuros. La mayoría de los testículos no descendidos descienden a la bolsa escrotal dentro de los 3 a 6 meses de vida.

Aproximadamente 0,8 a 1 % de niños a termino continuaran con los testículos sin descender hasta el año de vida, requiriendo tratamiento.

Generalmente el diagnóstico es a través del examen físico. La evaluación inicial de recién nacido es importante para la detección temprana. En los casos que el testículo no se palpe se pueden solicitar exámenes complementarios.

Los testículos necesitan una temperatura menor a la temperatura corporal para funcionar óptimamente especialmente para la producción de esperma. Si ambos testículos permanecen sin descender podría haber riesgo de infertilidad. También el testículo podría tener mayor riesgo de sufrir un traumatismo.

El tratamiento es quirúrgico y requiere controles a largo plazo.

Es la dilatación del plexo pampiniforme, venas que están sobre el testículo y ascienden por el cordón espermático. Se presenta usualmente en la segunda década de la vida (15-25% de los adolescentes tienen varicocele), casi siempre del lado izquierdo. En algunos adultos el varicocele puede estar asociado con alteraciones en la calidad del semen, sin embargo en más del 85% de los pacientes el varicocele no causa problemas de fertilidad. En la mayoría de los jóvenes el varicocele es asintomático. Algunos pueden consultar por sensación de masa sobre el testículo y rara vez por dolor testicular.
El diagnóstico lo hace el médico durante un examen de rutina. La ecografía Doppler testicular confirma el varicocele en casos dudosos e informa acerca del tamaño testicular, lo cual es importante dado que algunos varicoceles se asocian con compromiso del volumen del testículo afectado. Si el joven presenta molestias locales o el testículo es más pequeño que el contralateral hay indicación de manejo quirúrgico (varicocelectomía).

Las válvulas son unas membranas que se sitúan en la uretra de los varones y causan obstrucción a la salida de orina. Cuando el problema es severo, el diagnóstico se sospecha en las evaluaciones ecográficas prenatales (dilatación importante de ambos riñones), y se confirma en el recién nacido al hacerle una cistografía radiológica. Los niños en los cuales no se hace el diagnóstico en el período neonatal pueden consultar posteriormente por infecciones urinarias, dificultad para orinar, chorro urinario delgado, pujo para orinar e incontinencia urinaria durante el día. El manejo es quirúrgico y consiste en la resección endoscópica de las mismas. Algunos de estos pacientes pueden terminar en falla renal.

Es el regreso (reflujo) de la orina desde la vejiga hacia los riñones. Se encuentra tanto en niños como en niñas, presente aproximadamente en un 30% de los pacientes con infecciones urinarias. La unión del uréter con la vejiga se comporta como una válvula de una sola vía que permite la llegada a la vejiga de la orina que viene del riñón pero no su regreso. La mayoría de veces el reflujo es primario y congénito debido a incompetencia de dicho mecanismo valvular. Dependiendo del grado del reflujo, la edad del paciente al momento del diagnóstico, así como del compromiso renal, se decide el manejo a seguir. Muchos casos de reflujo pueden mejorar en el tiempo por lo cual el manejo expectante es válido (con o sin profilaxis antibiótica), pero en algunas oportunidades la severidad de la enfermedad o el compromiso renal pueden indicar la necesidad de procedimientos quirúrgicos, bien sea el manejo endoscópico o el reimplante vésico ureteral.
El objeto básico del tratamiento es evitar nuevos episodios de infección urinaria febril (pielonefritis) que pueden llevar a cicatrices renales, las cuales a su vez pueden ocasionar hipertensión arterial y pérdida de proteínas por la orina (proteinuria) con deterioro de la función renal.

Es el acúmulo de líquido, que procede de la cavidad abdominal, alrededor del testículo. Puede afectar uno o ambos testículos, es indoloro y los padres usualmente consultan por notar que el o ambos hemiescrotos del niño se ven aumentados de volumen. Es frecuente en los primeros meses de la vida posnatal y muchos desaparecen de manera espontánea en los primeros 2 años. Después de esta edad se recomienda su manejo quirúrgico (hidrocelectomía) a través de una pequeña incisión en la región inguinal.

El dolor testicular de inicio súbito, intenso, se denomina escroto agudo y es el principal motivo de atención en urgencias en el paciente urológico infantil. Su importancia radica en que una de las entidades que lo produce es la torsión testicular (más frecuente en menores de 1 año y en la pubertad), en la cual el testículo se rota sobre su eje longitudinal, deja de llegarle flujo sanguíneo y la única forma de evitar que se necrose y se pierda es realizar una cirugía con carácter de urgencia (en las primeras 6 horas de inicio de la sintomatología). Otras causas de escroto agudo son las inflamaciones e infecciones del testículo (orquitis), epidídimo (epididimitis) y la torsión de las apéndices testiculares (remanentes embrionarios), las cuales se resuelven usualmente con manejo médico.